sábado, 6 de junio de 2009

¿ Y si no obtengo lo que quiero?

Todos pasamos por momentos en la vida en los que parece que nada sucede, en los que nos sentimos completamente perdidos, sin saber si lo que hacemos es lo correcto, sin decidir si seguir adelante o detenernos y cambiar de camino.
Estos duros momentos pueden causarnos mucha culpa, por el tiempo que hemos invertido sin lograr lo que queremos; pueden causarnos miedo y frustración y como consecuencia erosionar nuestra auto-estima profundamente.
Sin embargo, estos momentos tan difíciles pueden convertirse, si así los aprovechamos, en verdaderas situaciones de aprendizaje, en las que rendirnos puede ser una buena solución.
¿Rendirnos? ¿Que no se trata de afirmar, de visualizar, de actuar con congruencia? Sí, de eso se trata, pero también se trata de hacerlo en un estado de VERDADERA FE Y RENDICION, sin que esto signifique abandonar nuestros sueños. Sigue adelante, sueña aún con más vehemencia y da los pasos que están bajo tu control aún con más seguridad. Considera que estás resolviendo un problema de vida con las herramientas que ya poseees y que solamente requieren ser descubiertas en tí y por ti mismo. Usa los obstáculos como escalones para subir y construir, no para destruir.
Sin embargo y a pesar de lo que pueda decir, no es fácil afrontar una situación desalentadora.
Por eso te comparto una oración que adapté de Lynn A. Robinson y que me ha sido de mucha utilidad cuando enfrento los inevitables obstáculos que se presentan en mi vida:

"Señor, si este sueño que tengo es para bien mío y de los que me rodean, muéstrame el camino que debo seguir para lograrlo. Ayúdame a sentir pasión por este sueño y a canalizarla en el sentido adecuado, a ser disciplinado y persistente.
Si este sueño no me beneficia ni a mi ni a quienes me rodean, abre mi mente y reoriéntame.
Estoy en tus manos".